Semblanza
Armonía Geométrica

Más allá de los dominios y convenciones de las artes plásticas, en lo que refiere a color, forma, estructura, balance, claridad, equilibrio y geometría, es que Otto se manifiesta como un artista en los límites del Arte Moderno y la Escultura Contemporánea.

Uno puede dar testimonio de que la mayor parte de la teoría y ejecución en la práctica escultórica -específicamente en su sentido Moderno-, se ha agotado en sus propias conclusiones; no obstante de que en la obra de Otto vemos a un joven artista descubriendo los elementos básicos de la composición orgánica, sustentado en una crítica desde el neoliberalismo hacia los estamentos de la geometría y el arte Moderno en sus declaraciones más clásicas, formales y justas.

Es a partir de una subjetividad potenciada y bien definida que Otto introduce una perspectiva curiosa y lúdica, prácticamente autodidacta respecto de la nomenclatura de las formas. No sólo se queda en ese esbozo lejano y representativo de una materia inerte e insípida, sino que apela pasionalmente a la perfectibilidad de los pesos escultóricos: de sus líneas, y de nociones inherentemente claras y bellas del cubo o la retícula euclidiana.

Hay una poética del color que se exhibe con un sutil erotismo, conducente a la entrega empírica y estética de sus obras en mediano y gran formato: monocromos en escultura que aluden a un minimalismo emocional, sustentado en referencias al diseño de la Bauhaus, el Suprematismo y Constructivismo Ruso, así como la Geometría Pitagórica, la Teoría del Color de Joseph Albers y al cubismo de Braque, Picasso y Juan Gris.